La vida comienza con la concepción

2da Charla Virtual en torno al Aborto:

EL ABORTO EN EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA

02 de abril de 2025

 09hs.

Expone Mg. Gerardo M. Andrian

Resúmen

La vida de todo ser humano comienza con la concepción

Con la unión de los gametos comienza a actuar como unidad una nueva célula humana.

Inmediatamente existe un ser unitario, identificado e intrínsecamente orientado a un desarrollo definitivo. Esta nueva identidad, a lo largo de un desarrollo coordinado continuo y gradual, mantiene su propia identidad biológica y genética con el tiempo, sin solución de continuidad, hasta el momento de su muerte. Es un nuevo ser con una identidad propia que le ha sido conferida por un único principio sustancial unificador. El salto cualitativo esencial se da con la fecundación, en el paso de dos sustancias (los gametos) a una sustancia (el cigoto), esta última manifiesta con su desarrollo biológico una continuidad sustancial, porque el principio del cambio está dentro de la sustancia.

Todos los seres humanos tienen el mismo derecho a la vida

Todo individuo humano concebido tiene derecho a ser respetado en su integridad física, que para él es condición de vitalidad.

El respeto a la vida biológica de todo ser humano (independientemente de su etapa de desarrollo y de sus calidades) es la condición de posibilidad de todo respeto que se le debe otorgar.

Dado que todos los seres humanos tiene en común e igual naturaleza se le debe otorgar a todos los mismos derechos fundamentales, el primero de todos es el derecho a que no lo maten (derecho a la vida).

“El derecho a nacer es realmente el primer derecho, no solo –como podría parecer en principio– en sentido cronológico, sino sobre todo en sentido axiológico: el derecho a nacer incluye en sí mismo y es la base de todos los derechos de la persona, el derecho a ser respetado en la identidad propia, a no ser instrumentalizado por ninguna razón, a ser considerado como portador de una dignidad específica, irreductible a la de cualquier otro ser humano, el derecho, en conclusión, a ser reconocido como persona”.